El logotipo combina una tipografía serif moderna, con rasgos elegantes y gestos curvos que evocan movimiento y fluidez. El símbolo —un círculo cruzado por una línea— recuerda a una firma artística, creando una marca personal distintiva, equilibrada y con fuerte presencia visual. La paleta cromática, basada en tonos verdes profundos y matices naturales, acompaña el universo estético de Flor: calma, conexión y organicidad. Cada elemento del sistema visual fue diseñado para transmitir autenticidad y reforzar su estilo artístico, adaptándose con facilidad a soportes como papelería, packaging, redes sociales y merchandising.